jueves, 9 de mayo de 2013

PENTECOSTÉS 2013 “Un encuentro personal con el Espíritu Santo”

A continuación comparto apartes de la celebración preparación a Pentecostés vividas con gran alegría ayer en el Grupo de Oración: se inicio con una animación, alabanza a cargo del ministerio local y enseguida el reconocido Músico Juán Camilo Acuña Díaz, director del ministerio ALABANZA PERPETUA sumergió a todos los asistentes en alabanza, adoración. acto seguido Luis Fernando Gaviria dirigió una Oración de Perdón, Fueron proclamadas las lecturas: (Hch 2,1-28), (1 Cor 12, 1-11), y enseguida hubo un clamor del Espíritu Santo llevando a la asamblea a revivir lo ocurrido en el cenáculo, Raúl Pinilla, coordinador del evento, realizó una intervención de la cual transcribo algunos apartes:

PENTECOSTÉS 2013 “Un encuentro personal con el Espíritu Santo”
 UNE, Mayo 08 de 2013


"Queridos herman@s lo que sucedió en Jerusalén hace más de dos mil trece años, es como si esta tarde se renovara en este lugar. Igual que los Apóstoles, también nosotros nos encontramos reunidos en un gran cenáculo de Pentecostés, anhelando la efusión del Espíritu Aquí queremos profesar con toda la Iglesia El Dios Uno y Trino, que «uno sólo es el Espíritu (...) uno sólo el Señor, uno sólo es Dios, que obra todo en todos (1 Co 12, 4-6). Éste es el clima que queremos revivir hoy; implorando los dones del Espíritu Santo para cada uno de nosotros y para todos los bautizados. « éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo» (Sal 117, 24).

El Espíritu Santo está aquí con nosotros. Tenemos la certeza de que Jesucristo está vivo, actúa en el presente y cambia la vida. El Espíritu Santo que ya actuó en la creación del mundo y en la antigua alianza, se revela en la Encarnación y en la Pascua del Hijo de Dios, y casi «estalla» en Pentecostés para prolongar en el tiempo y en el espacio la misión de Cristo nuestro Señor. Para ti, para mí para tod@s hoy es Pentecostés: vivamos un Pentecostés continuo.

«El mismo Espíritu Santo no sólo santifica y dirige al pueblo de Dios mediante los sacramentos y los ministerios y lo llena de virtudes. También reparte gracias especiales entre los fieles de cualquier estado o condición "y distribuye sus dones a cada uno según quiere" (1 Co 12, 11). Con esos dones hace que estemos preparados y dispuestos a asumir diversas tareas o ministerios que contribuyen a la renovación y a la santificación de nosotros que somos el pueblo de Dios. Hoy AMIGOS EN ORACIÓN se alegra al constatar el renovado cumplimiento de las palabras del profeta Joel que acabamos de escuchar: «Derramaré mi Espíritu Santo sobre cada persona...» (Hch 2, 17). Los aquí presentes, somos la prueba tangible de esta «efusión» del Espíritu.

Hoy, a todos, nosotros reunidos en este lugar, y a todos los cristianos quiero gritar: ¡Abrámos el corazón, o mejor;  dispongámosnos con docilidad a los dones del Espíritu para que las gracias de aquel bautismo se aviven en nosotros!, a sus mociones ¡Acojamos con gratitud y obediencia los carismas que el Espíritu concede sin cesar! No olvidemos que cada carisma es otorgado para el bien común, es decir, en beneficio de toda la Iglesia.

Vamos a valorar los dones del Espíritu recibidos en la confirmación, a confiar en la misericordia de Dios en el sacramento de la reconciliación y a reconocer en la Eucaristía la fuente y el culmen de toda la vida cristiana. Gracias a Dios hoy en UNE han nacido espléndidas familias cristianas abiertas a la vida, verdaderas iglesias domésticas, que  pierden el temor, reciben carismas y salen a todo el mundo a ser testigos de la gracia recibida. Tú  y yo hemos aprendido que la fe no es un discurso abstracto ni un vago sentimiento religioso sino vida nueva en Cristo, suscitada por el Espíritu Santo.

¡Actualmente existe una gran necesidad de personalidades cristianas maduras en la fe, conscientes de su condición de bautizado, de su vocación y misión en la Iglesia y en el mundo! ¡Cuánta necesidad de comunidades cristianas vivas! y de grupos de Oración Carismáticos como AMIGOS EN ORACIÓN que es una respuesta suscitada por el Espíritu Santo. Por lo tanto no podemos dejar apagar el fuego del Espiritu Santo que ahora arde en nuestros corazones, al contrario Avivémoslo mediante la Alabanza, Oración y  Adoración.

Tal como lo manifestó a un grupo de Líderes, el Cardenal Ratzinger, Actual Papa Emérito Benedicto XVI. “Una de las gracias del Concilio Vaticano II  La extraordinaria efusión del Espíritu Santo en los congregados en el cenáculo se manifiesta con ciertos signos externos que orientan la atención y descubren, en lo posible, la experiencia interna del Espíritu en los Apóstoles. Los signos son reales, aunque su propósito es dirigir a la acción interior.

Signos de Pentecostés:
Conversión personal, apertura a carismas, formación de comunidad y poder evangelizador.

Viento: pues el Espíritu Santo no se ve pero su acción es real, sopla cuando quiere como quiere y lo único que necesita para hacerlo es nuestra docilidad. El viento se percibe por efectos que produce.

Ruido: pues el Espíritu Santo mueve evoca la alabanza, el clamor, la exclamación, las lenguas, los cantos.

Fuego: pues el Espíritu Santo es el fuego santificador, que consume al hombre viejo y lo purifica; lo hace arder de caridad y lo enciende para ser testigos de su poder en el mundo entero. Fuego santidad y misión.

Temblor: pues el Espíritu Santo zarandea, conmueve hasta lo más íntimo del corazón del hombre, removiendo las raíces del pecado y arrancando el miedo que paraliza y acomoda.

Forma comunidad: hace que los que le reciben se congreguen en comunidades de amor, de oración y de servicio.”
Hoy, en este cenáculo de UNE, elevemos una oración y clamemos, junto con María, primera discípula de Cristo, Esposa del Espíritu Santo y Madre de la Iglesia, que acompañó a los Apóstoles, en el primer Pentecostés, dirijamos nuestra oración para que nos ayude a aprender de su fiat la docilidad a la voz del Espíritu, digamos todos: ¡Ven Espíritu Santo!, ¡Ven y renueva la faz de la tierra!, ¡Tú que hiciste nacer la iglesia!, ¡Tú que nos llevas a Dios Padre, nos relacionas con Jesús, ilumina nuestra mente para que podamos reconocerlo, ¡Tú que procedes del Padre y del Hijo!, ¡tú que eres Dios¡, ¡Ven con tus siete dones! ¡Derrama la plenitud de tus carismas, tus gracias, tus regalos! ¡Ven, Espíritu de vida, Espíritu de verdad, Espíritu de comunión y de amor!, ¡Ven, Espíritu Santo, y haz cada vez más fecundos los carismas que nos has concedido! Danos nuevas fuerzas e impulso misionero somos hijos e hijas tuyos, reaviva el compromiso cristiano. Haznos mensajeros valientes del Evangelio, testigos de Jesucristo resucitado, Redentor y Salvador del hombre. Afianza nuestro amor… Ven Espíritu Divino, Padre del cielo por el amor que le tienes a Jesús, te imploramos manda desde el cielo tu espíritu sobre todos nosotros, Cae, Derrámate. Señor Jesucristo, cumple en nosotros tu promesa. Envía tu Divino Espíritu sobre mí, sobre este Grupo, sobre tu iglesia: tus carismas, Envía Espíritu de Sabiduría e Inteligencia, Consejo y Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Yahvéh. Fé carismática, sanaciones, milagros, profecía, discernimiento de espiritus, don de lenguas, interpretación de lenguas, ministerio, enseñanza, exhortación, dar con generosidad, presidir la comunidad, ejercer la misericordia. Ser apóstol, profeta, evangelizador, pastor, maestro, hablar de Dios, prestar servicios. Gracias Padre por este derramamiento de tu Espíritu hoy aquí  gracias Señor, Rey de Reyes, oh Santo…Santo Santísimo Señor…

Desde este lugar, hoy, Cristo repite a cada uno: «Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16, 15). El cuenta con cada uno de nosotros. El Señor nos asegura: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 10). Amén, Amén, Amén."

El evento finalizó con un momento Mariano, el cual fue vivido enmedio del gozo característico de los grupos carismáticos.