ORACIÓN PARA PEDIR LOS DONES
Ven, Espíritu Creador, visita
las almas de los fieles; e inunda con tu gracia
los corazones que Tú creaste.
Espíritu de Sabiduría, que conoces mis
pensamientos más secretos, y mis deseos más íntimos, buenos y
malos; ilumíname y hazme conocer lo bueno para obrarlo, y
lo malo para detestarlo sinceramente.
Intensifica mi vida interior, por el
don de Entendimiento.
Aconséjame en mis dudas y vacilaciones, por el
don de Consejo.
Dame la energía necesaria en la lucha contra
mis pasiones, por el don de Fortaleza.
Envuelve todo mi proceder
en un ambiente sobrenatural, por el don de Ciencia.
Haz que
me sienta hijo tuyo en todas las vicisitudes de la
vida, y acuda a Ti, cual niño con afecto filial,
por el don de Piedad.
Concédeme que Te venere y Te
ame cual lo mereces; que ande con cautela en el
sendero del bien, guiado por el don del santo Temor
de Dios; que tema el pecado más que ningún otro
mal; que prefiera perderlo todo antes que tu gracia; y
que llegue un día a aquella feliz morada, donde Tú
serás nuestra Luz y Consuelo, y, cual tierna madre; enjugas
“toda lágrima de nuestros ojos”, donde no hay llanto ni
dolor alguno, sino eterna felicidad.
Así sea.
ORACIÓN PARA PEDIR
LOS FRUTOS
Espíritu de Caridad, haznos amar a
Dios y a nuestros semejantes como Tú quieres que los
amemos.
Espíritu de Gozo, otórganos la santa alegría, propia de
los que viven en tu gracia.
Espíritu de Paz, concédenos
tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.
Espíritu de Paciencia, enséñanos a sobrellevar las adversidades de la
vida sin indagar el por qué de ellas y sin
quejarnos.
Espíritu de Benignidad, haz que juzguemos y tratemos a
todos con benevolencia sincera y rostro sonriente, reflejo de tu
infinita suavidad.
Espíritu de Bondad, concédenos el desvivirnos por los
demás, y derramar a manos llenas, cuantas obras buenas nos
inspires.
Espíritu de Longanimidad, enséñanos a soportar las molestias y
flaquezas de los demás, como deseamos soporten las nuestras.
Espíritu
de Mansedumbre, haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo
del Divino Corazón de Jesús, obra maestra de la creación.
Espíritu de Fe, otórganos el no vacilar en nuestra fe,
y vivir siempre de acuerdo con las enseñanzas de Cristo,
e iluminados por tus santas inspiraciones.
Espíritu de Modestia, enséñanos
a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no
servir nunca de tentación a los demás.
Espíritu de Continencia,
haznos puros y limpios en nuestra vida interior, y enérgicos
en rechazar cuanto pudiera manchar el vestido blanco de la
gracia.
Espíritu de Castidad, concédenos la victoria sobre nosotros mismos;
haznos prudentes y castos; sobrios y mortificados; perseverantes en la
oración y amantes de Ti, oh Dios del Amor hermoso.
Así
sea.
| Fuente: Catholic.net
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