domingo, 24 de junio de 2012

PENTECOSTÉS 2012 EN UNE

En atención a las peticiones de algunos hermanos que asistieron a Pentecostés el pasado martes 15 de mayo en UNE, pongo a su disposición el texto de la predicación que realicé después de Vivir la Eucaristía, Alabanza, Adoración, y posterior clamor del Espíritu Santo:

Hermanas y hermanos, Pentecostés es pasado, Pentecostés es presente, Pentecostés es futuro; hoy es Pentecostés para ti, para  mí, para nosotros hoy es Pentecostés.

Meditaremos a cerca del Espíritu Santo en tres períodos de la historia humana, que podemos definir en 3 palabras: “Sobre”, “Con”, “En”, en el Antiguo Testamento el Espíritu se posó sobre personas seleccionadas y permaneció con ellos por un período determinado (Jue 14,19).

En los Evangelios está  representado como el que mora con los discípulos en la persona de Cristo (Jn 14,17).

Desde el segundo capítulo de Hch de los apóstoles en adelante se habla del Espíritu Santo como la persona que está en los creyentes que forman el pueblo de Dios (1 Cor 6,10).

En Gn 1,1 Dios crea el cielo y la tierra y el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas, en (Gn 2,7) el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, le insufló en sus narices en hálito de vida

El Espíritu Santo obraba antes de la creación del mundo, luego renovó y alimentó a su creación; estuvo activo tanto en el mundo natural como en su pueblo, guiándolo, liberándolo por medio de jueces, profetas, reyes y anunció que en el futuro vendría el Ungido por el Espíritu.

En los cuatro Evangelios la Obra del Espíritu Santo se centra en Jesucristo.

El Dios hombre fue concebido en (Lc 1,26-38) encontramos el misterio de la Anunciación y Encarnación de Jesús en el seno de la Santísima Virgen María.

El Espíritu bajó como una paloma del Cielo y se posó sobre Jesús el elegido por Dios, el Cordero, de ello da testimonio San Juán quien dijo yo “he visto al espíritu descender…  (Jn 1,32-33)  fue butizado. Luego Jesús movido por el Espiritu de Dios expulsó demonios (Mt 12 27-28), además sano y liberó, Jesús lleno del Espíritu Santo y conducido por Él fue llevado al desierto y tentado (Lc 4,1), y siguió cumpliendo la voluntad del Padre; Jesús siempre la cumplió.

Por el mismo Espíritu se ofreció a si mismo como Expiación por los pecados (Heb 9.11) y fue Resucitado por el mismo Espíritu (Rom 8,11) y bajo la unción del Espíritu Santo dio instrucciones a sus Apóstoles (Hch 1,2).

Antes de Pentecostés se mostró activo entre los apóstoles lo sabemos Jesús dijo a Nicodemo “El que no naciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios (Jn 3,5)

Jesús se presentó en medio de sus discípulos y les dijo la paz esté cono vosotros … Como el Padre me ha enviado, también yo os envío a vosotros. Después sopló sobre ellos y les dijo Recibid el Espíritu. Ese soplo hace alusión al Gn. cuando Dios insufló en las narices del hombre.

Y viene la Promesa del Agua Viva. Bautismo el que tenga sed que venga a mi, el que cree en mí que beba, lo dice la Sagrada Escritura, de sus entrañas brotarán Rios de Agua Viva, refiriéndose al Espíritu que habrían de recibir los que creyesen en Él; pues aún no había sido glorificado. Sigue la Ascensión de Jesús al cielo (Hch 1,9 - 11)

Pentecostés Estaban todos… “1.Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.2. De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban, 3.y aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos.4.Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran.” (Hch 2, 1-4)

Más adelante en el verso 17 los último días “17. Escuchen lo que sucederá en los últimos días, dice Dios: derramaré mi Espíritu sobre cualesquiera que sean los mortales. Sus hijos e hijas profetizarán, los jóvenes tendrán visiones y los ancianos tendrán sueños proféticos.18.En aquellos días derramaré mi Espíritu sobre mis siervos y mis siervas y ellos profetizarán.19.Haré prodigios arriba en el cielo y señales milagrosas abajo en la tierra.20.El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes de que llegue el Día grande del Señor.21.Y todo el que invoque el Nombre del Señor se salvará.” (Hch 2, 17-21).

Hermanos, que maravilloso el Amor de Dios se revela en cinco acontecimientos pasados; Todos son componentes esenciales del Evangelio cristiano: La Encarnación, La Expiación; La Resurrección, La Ascensión y Pentecostés. Hay un Sexto componente que aún pertenece al futuro La Segunda Vendida de Nuestro Señor Jesucristo, pero mientras vuelve, sabemos que hay demonios sueltos, rondándonos buscando a quien devorar y  para librar esa batalla tenemos el poder del Espíritu Santo para reprimir la maldad y hacer el bien.

Para que vivamos con el entusiasmo que el Don del Espíritu Santo  nos comunica es necesaria una conversión, transformación interior, un arrepentimiento sincero de corazón, pues la promesa del Espíritu Santo, del Abogado, del Paráclito, Consolador, Defensor, Ayudador es para nosotros para nuestros hijos, para nuestros familiares, conocidos y para todos los que están lejos, para todos los que el Señor está llamando ahora. Hoy no vivimos en la era de promesa, hoy seremos testigos de su actuar de que Jesús vive, hoy en UNE estamos reunidos personas de todos los departamentos del país, y el Ruido del viento será en el corazón de cada creyente: que comienza a alabarlo, a vivir según el Espíritu, a hablar de Jesús.  Él el Espíritu de Dios se une a nuestro espíritu que quiere que otros también sean renovados; somos la base del pueblo en el que la alegría, la paz, el amor, el gozo, la amabilidad se integran porque es Dios en el hombre que ha recibido el Vino Espiritual por eso cantamos, danzamos, aplaudimos lo exaltamos con alborozo, llenos del Espíritu Santo viviendo el vino de la alegría de Jesús en medio de nosotros. Es Dios en el corazón, en los labios en la vida transformando los corazones donde mora el Espíritu Santo.

Si el espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también nuestros cuerpos mortales por obra del espíritu que habita en vosotros (Rom 8-11) de modo que el está en Cristo, es una criatura nueva (2 Cor 5.17)
En Él vivimos nos movemos y existimos así lo dijo San Pablo.

Para finalizar veamos la Relación con Dios Padre: lo podemos llamar Padre ABBÁ.
Relación con  Cristo: La Resurrección
Al tener la experiencia del resucitado podemos dominar  nuestra condición débil, vencemos al pecado.


El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado y llenos del Él.  Vamos a compartirlo: en nuestras familias, con los amigos, grupos de oración, en nuestros trabajos en donde estemos, por que así se construye iglesia, aquella que nació en Pentecostés.

Continúen gozándose con el Espíritu Santo, Bediciones.

Les he comparido la predicación realizada y algunas de las imágenes y  apartes del video  que dan cuenta del evento.


Viviendo la Eucarístía

 Danzando para el Rey de Reyes


Alimentándonos
Recibiendo al Rey de Reyes






Llegada al Templo
 de izquierda a derecha: Juan Camilo, Raúl Pinilla, Luis Fernando Gaviria, Evangelina Díaz, Oliva Díaz.


 

jueves, 14 de junio de 2012

Oración Por Los Enfermos


Únete con fe a esta oración depositando tu vida entera en las manos de Jesús.  

Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado. Creemos que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de nosotros.

Te alabamos y te adoramos, por venir hasta nosotros como pan vivo bajado del cielo.
Tú eres la plenitud de la vida.
Tú eres la resurrección y la vida.
Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.

Hoy queremos presentarte a todos los enfermos, porque para Ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el espacio.

Tú eres el eterno presente y Tú los conoces. Ahora, Señor, te pedimos que tengas compasión de ellos, para que todos reconozcan que Tú estás vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve su fe y su confianza en Ti; te lo suplicamos, Jesús.

Ten compasión de los que sufren en su cuerpo, de los que sufren en su corazón y de los que sufren en su alma que están orando y oyendo los testimonios de lo que Tú estás haciendo por tu Espíritu renovador en el mundo entero.

Ten compasión de ellos, Señor.
Desde ahora te lo pedimos.
Bendícelos a todos y haz que muchos vuelvan a encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan abriendo a las maravillas de tu amor, para que también ellos sean testigos de tu poder y de tu compasión.

Te lo pedimos, Jesús, por el poder de tus santas llagas, por tu santa cruz y por tu preciosa sangre. Sánalos, Señor.
Sánalos en su cuerpo, sánalos en su corazón, sánalos en su alma. Dales vida y vida en abundancia.

Te lo pedimos por intercesión de María Santísima, tu madre, la Virgen de los Dolores, quien estaba presente, de pie, cerca de la cruz. La que fue la primera en contemplar tus santas llagas y que nos diste por madre.

Tú nos has revelado que ya has tomado sobre Ti todas nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido curados.

Hoy, Señor, te presentamos en fe a todos los enfermos que nos han pedido oración y te pedimos que los alivies en su enfermedad y que les dés la salud.

Te pedimos por la gloria del Padre del cielo, que sanes a los enfermos que van a leer esta oración. Haz que crezcan en la fe, en la esperanza, y que reciban la salud para gloria de tu Nombre.

Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor. Todo esto te lo pedimos Jesús, porque Tú eres Jesús, Tú eres el Buen Pastor y todos somos ovejas de tu rebaño.

Estamos tan seguros de tu amor, que aún antes de conocer el resultado de nuestra oración en fe, te decimos: gracias Jesús por lo que Tú vas a hacer en cada uno de ellos.

Gracias por los enfermos que Tú estás sanando ahora, que Tú estás visitando con tu misericordia. Gracias, Jesús, por lo que Tú vas a hacer.

Lo depositamos en tus manos desde hoy y te pedimos que lo sumerjas en tus santas llagas. Que lo cubras con tu sangre divina, y que a través de este mensaje tu corazón de Buen Pastor hable a los corazones de tantos enfermos que van a leerlo. ¡Gloria y alabanza a Ti, Señor!

Autor: P. Emiliano Tardif | Fuente: Catholic.net

sábado, 9 de junio de 2012

Oración para pedir los dones y frutos del Espíritu Santo

ORACIÓN PARA PEDIR LOS DONES 

Ven, Espíritu Creador, visita las almas de los fieles; e inunda con tu gracia los corazones que Tú creaste.

Espíritu de Sabiduría, que conoces mis pensamientos más secretos, y mis deseos más íntimos, buenos y malos; ilumíname y hazme conocer lo bueno para obrarlo, y lo malo para detestarlo sinceramente.

Intensifica mi vida interior, por el don de Entendimiento.

Aconséjame en mis dudas y vacilaciones, por el don de Consejo.

Dame la energía necesaria en la lucha contra mis pasiones, por el don de Fortaleza.

Envuelve todo mi proceder en un ambiente sobrenatural, por el don de Ciencia.

Haz que me sienta hijo tuyo en todas las vicisitudes de la vida, y acuda a Ti, cual niño con afecto filial, por el don de Piedad.

Concédeme que Te venere y Te ame cual lo mereces; que ande con cautela en el sendero del bien, guiado por el don del santo Temor de Dios; que tema el pecado más que ningún otro mal; que prefiera perderlo todo antes que tu gracia; y que llegue un día a aquella feliz morada, donde Tú serás nuestra Luz y Consuelo, y, cual tierna madre; enjugas “toda lágrima de nuestros ojos”, donde no hay llanto ni dolor alguno, sino eterna felicidad.
Así sea.



ORACIÓN PARA PEDIR LOS FRUTOS

Espíritu de Caridad, haznos amar a Dios y a nuestros semejantes como Tú quieres que los amemos.

Espíritu de Gozo, otórganos la santa alegría, propia de los que viven en tu gracia.

Espíritu de Paz, concédenos tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.

Espíritu de Paciencia, enséñanos a sobrellevar las adversidades de la vida sin indagar el por qué de ellas y sin quejarnos.

Espíritu de Benignidad, haz que juzguemos y tratemos a todos con benevolencia sincera y rostro sonriente, reflejo de tu infinita suavidad.

Espíritu de Bondad, concédenos el desvivirnos por los demás, y derramar a manos llenas, cuantas obras buenas nos inspires.

Espíritu de Longanimidad, enséñanos a soportar las molestias y flaquezas de los demás, como deseamos soporten las nuestras.

Espíritu de Mansedumbre, haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo del Divino Corazón de Jesús, obra maestra de la creación.

Espíritu de Fe, otórganos el no vacilar en nuestra fe, y vivir siempre de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, e iluminados por tus santas inspiraciones.

Espíritu de Modestia, enséñanos a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no servir nunca de tentación a los demás.

Espíritu de Continencia, haznos puros y limpios en nuestra vida interior, y enérgicos en rechazar cuanto pudiera manchar el vestido blanco de la gracia.

Espíritu de Castidad, concédenos la victoria sobre nosotros mismos; haznos prudentes y castos; sobrios y mortificados; perseverantes en la oración y amantes de Ti, oh Dios del Amor hermoso.
Así sea.

| Fuente: Catholic.net