A continuación comparto apartes de la celebración preparación a Pentecostés vividas con gran alegría ayer en el Grupo de Oración: se inicio con una animación, alabanza a cargo del ministerio local y enseguida el reconocido Músico Juán Camilo Acuña Díaz, director del ministerio ALABANZA PERPETUA sumergió a todos los asistentes en alabanza, adoración. acto seguido Luis Fernando Gaviria dirigió una Oración de Perdón, Fueron proclamadas las lecturas: (Hch 2,1-28), (1 Cor 12, 1-11), y enseguida hubo un clamor del Espíritu Santo llevando a la asamblea a revivir lo ocurrido en el cenáculo, Raúl Pinilla, coordinador del evento, realizó una intervención de la cual transcribo algunos apartes:
PENTECOSTÉS
2013 “Un encuentro personal con el Espíritu Santo”
UNE, Mayo 08 de
2013
"Queridos
herman@s lo que sucedió en Jerusalén hace más de dos mil trece años, es como si
esta tarde se renovara en este lugar. Igual
que los Apóstoles, también nosotros nos encontramos reunidos en un gran
cenáculo de Pentecostés, anhelando la efusión del Espíritu Aquí queremos
profesar con toda la Iglesia El Dios Uno y Trino, que «uno sólo es el Espíritu
(...) uno sólo el Señor, uno sólo es Dios, que obra todo en todos (1 Co 12,
4-6). Éste es el clima que queremos revivir
hoy; implorando los dones del Espíritu Santo para cada uno de nosotros y para
todos los bautizados. « éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra
alegría y nuestro gozo» (Sal
117, 24).
El
Espíritu Santo está aquí con nosotros. Tenemos la certeza de que Jesucristo
está vivo, actúa en el presente y cambia la vida. El Espíritu Santo que ya
actuó en la creación del mundo y en la antigua alianza, se revela en la
Encarnación y en la Pascua del Hijo de Dios, y casi «estalla» en Pentecostés
para prolongar en el tiempo y en el espacio la misión de Cristo nuestro Señor. Para ti, para mí para tod@s hoy es
Pentecostés: vivamos un Pentecostés continuo.
«El
mismo Espíritu Santo no sólo santifica y dirige al pueblo de Dios mediante los
sacramentos y los ministerios y lo llena de virtudes. También reparte gracias
especiales entre los fieles de cualquier estado o condición "y distribuye
sus dones a cada uno según quiere" (1 Co 12, 11). Con esos dones hace que
estemos preparados y dispuestos a asumir diversas tareas o ministerios que
contribuyen a la renovación y a la santificación de nosotros que somos el
pueblo de Dios. Hoy AMIGOS EN ORACIÓN se alegra al
constatar el renovado cumplimiento de las palabras del profeta Joel que
acabamos de escuchar: «Derramaré mi
Espíritu Santo sobre cada persona...» (Hch 2, 17). Los aquí presentes, somos la
prueba tangible de esta «efusión» del Espíritu.
Hoy,
a todos, nosotros reunidos en este lugar, y a todos los cristianos quiero
gritar: ¡Abrámos el corazón, o mejor; dispongámosnos
con docilidad a los dones del Espíritu para que las gracias de aquel bautismo
se aviven en nosotros!, a sus mociones ¡Acojamos con gratitud y obediencia los
carismas que el Espíritu concede sin cesar! No olvidemos que cada carisma es
otorgado para el bien común, es decir, en beneficio de toda la Iglesia.
Vamos a
valorar los dones del Espíritu recibidos en la confirmación, a confiar en la
misericordia de Dios en el sacramento de la reconciliación y a reconocer en la
Eucaristía la fuente y el culmen de toda la vida cristiana. Gracias a Dios hoy en UNE han nacido
espléndidas familias cristianas abiertas a la vida, verdaderas iglesias
domésticas, que pierden el temor, reciben carismas y salen a todo el mundo a
ser testigos de la gracia recibida. Tú
y yo hemos aprendido que la fe no es un discurso abstracto ni un vago
sentimiento religioso sino vida nueva en Cristo, suscitada por el Espíritu
Santo.
¡Actualmente
existe una gran necesidad de personalidades cristianas maduras en la fe,
conscientes de su condición de bautizado, de su vocación y misión en la Iglesia
y en el mundo! ¡Cuánta necesidad de
comunidades cristianas vivas! y de grupos de Oración Carismáticos como AMIGOS
EN ORACIÓN que es una respuesta suscitada
por el Espíritu Santo. Por lo tanto no podemos dejar apagar el fuego del
Espiritu Santo que ahora arde en nuestros corazones, al contrario Avivémoslo mediante la Alabanza, Oración y Adoración.
Tal como
lo manifestó a un grupo de Líderes, el Cardenal Ratzinger, Actual Papa Emérito
Benedicto XVI. “Una de las gracias del Concilio Vaticano II La extraordinaria efusión del Espíritu Santo en los
congregados en el cenáculo se manifiesta con ciertos signos externos que
orientan la atención y descubren, en lo posible, la experiencia interna del
Espíritu en los Apóstoles. Los signos son reales, aunque su propósito es
dirigir a la acción interior.
Signos de Pentecostés:
Conversión personal, apertura a carismas,
formación de comunidad y poder evangelizador.
Viento: pues el Espíritu Santo no se
ve pero su acción es real, sopla cuando quiere como quiere y lo único que
necesita para hacerlo es nuestra docilidad. El viento se percibe por efectos
que produce.
Ruido: pues el Espíritu Santo mueve
evoca la alabanza, el clamor, la exclamación, las lenguas, los cantos.
Fuego: pues el Espíritu Santo es el
fuego santificador, que consume al hombre viejo y lo purifica; lo hace arder de
caridad y lo enciende para ser testigos de su poder en el mundo entero. Fuego
santidad y misión.
Temblor: pues el Espíritu Santo zarandea,
conmueve hasta lo más íntimo del corazón del hombre, removiendo las raíces
del pecado y arrancando el miedo que paraliza y acomoda.
Forma
comunidad:
hace que los que le reciben se congreguen en comunidades de amor, de oración
y de servicio.”
Hoy, en este cenáculo de UNE, elevemos una oración y clamemos, junto con
María, primera discípula de Cristo, Esposa del Espíritu Santo y Madre de la
Iglesia, que acompañó a los Apóstoles, en el primer Pentecostés, dirijamos
nuestra oración para que nos ayude a aprender de su fiat la docilidad a la voz
del Espíritu, digamos todos: ¡Ven
Espíritu Santo!, ¡Ven y renueva la faz de la tierra!, ¡Tú que hiciste nacer
la iglesia!, ¡Tú que nos llevas a Dios Padre, nos relacionas con Jesús, ilumina
nuestra mente para que podamos reconocerlo, ¡Tú que procedes del Padre y del
Hijo!, ¡tú que eres Dios¡, ¡Ven con tus siete dones! ¡Derrama la plenitud de
tus carismas, tus gracias, tus regalos! ¡Ven, Espíritu de vida, Espíritu de
verdad, Espíritu de comunión y de amor!, ¡Ven, Espíritu Santo, y haz cada vez
más fecundos los carismas que nos has concedido! Danos nuevas fuerzas e impulso
misionero somos hijos e hijas tuyos, reaviva el compromiso cristiano. Haznos
mensajeros valientes del Evangelio, testigos de Jesucristo resucitado, Redentor
y Salvador del hombre. Afianza nuestro amor… Ven Espíritu Divino, Padre del
cielo por el amor que le tienes a Jesús, te imploramos manda desde el cielo tu
espíritu sobre todos nosotros, Cae, Derrámate. Señor Jesucristo, cumple en
nosotros tu promesa. Envía tu Divino Espíritu sobre mí, sobre este Grupo, sobre
tu iglesia: tus carismas, Envía Espíritu de Sabiduría e Inteligencia, Consejo y
Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Yahvéh. Fé carismática, sanaciones,
milagros, profecía, discernimiento de espiritus, don de lenguas, interpretación
de lenguas, ministerio, enseñanza, exhortación, dar con generosidad, presidir la
comunidad, ejercer la misericordia. Ser apóstol, profeta, evangelizador,
pastor, maestro, hablar de Dios, prestar servicios. Gracias Padre por este
derramamiento de tu Espíritu hoy aquí gracias Señor, Rey de Reyes, oh
Santo…Santo Santísimo Señor…
Desde este lugar, hoy, Cristo repite a cada uno: «Id al mundo entero y predicad el Evangelio
a toda la creación» (Mc 16, 15). El cuenta con cada uno de nosotros. El
Señor nos asegura: «Yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 10). Amén, Amén,
Amén."
El evento finalizó con un momento Mariano, el cual fue vivido enmedio del gozo característico de los grupos carismáticos.
El evento finalizó con un momento Mariano, el cual fue vivido enmedio del gozo característico de los grupos carismáticos.
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